El Athletic tiene toda la razón del mundo cuando proclama su indignación contra Megía Dávila, lamentable protagonista de ayer en la derrota ante el Barcelona. El inventario de agravios es extenso y abarca a los tres goles locales. De salida, en el primero, de falta directa de Ronaldinho, queda la duda de si Iraola cometió una infracción al borde del área. El segundo fue lo nunca visto. Megía pitó el que probablemente sea primer penalti de la historia por zancadilla con la cabeza.